diumenge, 11 de gener del 2009

Magdalena Álvarez y su forma de expresarse

Todavía hay quien confunde los “acentos” específicos de una lengua con la incultura, la incapacidad o la incompetencia supina, sobre todo si quién tiene ese acento es ciudadano de Andalucía. Ya vale. Seamos serios a la hora de catalogar o poner etiquetas equívocas por las formas del lenguaje, por la manera de hablar de cada cual.
Entiendo a la perfección que se critique a la Ministra Magdalena Álvarez en lo referente a su función pública, a su quehacer cotidiano, a su trabajo dentro del ministerio de la que es responsable, que por cierto; es nefasto, según mi opinión y la de otros muchos. Pero no admito que sea criticada por su acento andaluz, por su forma de expresarse, que por el contrario; me encanta. Entrar en esa dinámica es concederles crédito a aquellos españoles que opinan sobre el catalán que “es lengua de perros” o en su caso que “hablan como polacos”. Tanto monta, monta tanto, una opinión como la otra. Los catalanes tienen acento catalán, los gallegos, gallego, y los asturianos y vascos no digamos. Si acabamos metiendo en el mismo saco a los sudamericanos o a los latinos de Estados Unidos el asunto se complica mucho más.
Ya sé que para según quienes aceptar la comparación citada es difícil, encerrados como están en sus propias ideas (o ideales) lingüísticas, tanto de una parte como de otra, pero es así. Ocho millones de andaluces no hablan de otra manera, simplemente porque sus orígenes lingüísticos son diferentes del resto de la llamada España. Por otra parte expertos en lenguas han opinado y opinan que muchas de las formas de expresión de los andaluces, sobre todo aquellas que peor suenan a los puristas castellanos y que tienden a reducir las expresiones o “comérselas” como dicen por aquí, acabarán por imponerse en el futuro. Es decir: acabao, terminao, despitao, etcétera… o las famosas ‘eses’ que no se pronuncian nunca, son formas que en el futuro todo el mundo admitirá, Incluida la Real Academia de la Lengua. Cuidado, es una opinión de algunos y destacados lingüistas (no de todos), no en vano todas las lenguas tienden a simplificarse y el dialecto andaluz simplifica muchas palabras. Tampoco ha de olvidarse de que el castellano, en su día, se apropió de no pocas expresiones andalusíes, como todas las palabras que empiezan por ‘al’ y todas las que llevan ‘h’ intercalada.
Por tanto Magdalena Álvarez se expresa perfectamente, a mi forma de ver, porque habla la lengua de su país que es Andalucía y que ha heredado de sus padres, abuelos y bisabuelos.
La diputada Montserrat Nebrera (PP) ha dicho que Álvarez “té un acent que sembla un acudit’ supongo que también se referirá a los centenares o miles de concejales y diputados que el PP tiene en Andalucía, porque tendría que ir a un pleno del ayuntamiento de Granada (donde manda el PP) para poder comparar entre la citada ministra y los miembros del gobierno municipal de tan bella ciudad andaluza.
O nos acostumbramos a admitir las diferentes formas de cultura, lenguaje y costumbres de los otros pueblos de la península Ibérica o jamás lograremos (que ya está difícil) que otros comprendan las nuestras.

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