dimecres, 15 de juny del 2011

Los sueldos de médicos y enfermeras y la insolidaridad catalana

A estas alturas deberíamos de saber todos que al movimiento 15-M se le han añadido los llamados “antisistema”, (como era de esperar por cierta afinidad ideológica) y también la clase llamada popularmente como “pijo-progre”, dejada de la mano de dios después de los dos últimos comicios electorales (autonómicas y municipales).
Estos últimos se han arrimado al legítimo movimiento de los jóvenes para, según mi visión de las cosas, echar leña al fuego, aprovechando la coyuntura del momento y el desconcierto general. Lo mismo han hecho y hacen con el tema de los llamados “recortes” que según ellos está haciendo la Generalitat de Catalunya de Sanidad, Enseñanza y temas sociales.

A este respecto recuerdo perfectamente algunas conversaciones que habitualmente mantenía con mi mentor Ermengol Passola (ya fallecido lamentablemente) a principios de este nuevo siglo, cuando me excedía en mis apreciaciones sobre el déficit fiscal catalán y sus intríngulis.
“–Pedro ten siempre en cuenta –me decía- que si el Govern de la Generalitat actuase de otra manera peligran los sueldos de médicos y enfermeras.“
Yo desde mi ignorancia no lo veía así y creía que era una manera como otra de parar mis ímpetus y mi sed de justicia económica y social al respecto de Catalunya. Pero he aquí que, pasado el tiempo, aquellas palabras de mi maestro en la materia que tratamos, se han convertido en una realidad incontestable: no hay dinero para todos los maestros, enfermeras y médicos. Cierran quirófanos, despiden a trabajadores y se chapan urgencias y CAP en barrios ciertamente necesitados. Y como la culpa es negra y no la quiere nadie se la echan al gobierno que lleva cuatro días al frente de Catalunya…
No está mal, ahora ya sabemos, por la única balanza fiscal que publicaron hace unos cuantos años los oligarcas madrileños, que se nos habían escamoteado más de 15 mil millones de euros convictos y confesos en las cuentas del estado español. Ahora las previsiones son de unos 22 mil millones, o lo que es lo mismo, 60 millones de uros diarios (¡10.000 millones de las antiguas pesetas cada día!).
No conformes con el asunto (y por un claro remordimiento de conciencia) deciden oficialmente devolvernos 1.400 millones de euros. Finalmente no lo hacen y de todas esas lluvias se derivan los lodos de ‘los sueldos de las enfermeras y los médicos’ preconizados hace diez años por el difunto Ermengol Passola y que se ha convertido en una realidad.

Se han montado, se montan y se montarán centenares de manifestaciones en toda Catalunya contra los “recortes” injustos que la actual Generalitat está llevando a cabo. La tabla reivindicativa la han añadido, justamente, a la realizada por los justamente “indignados” pero bajo un cariz partidista y político que huele muy mal. Que devuelvan a los catalanes lo que injustamente nos quitan y tendremos para pagar a todo el mundo y nos sobraría para hacer un hospital nuevo en cada comarca y los Juegos Olímpicos anualmente en cada una de las cuatro capitales. Si se trata de solidaridad interterritorial que nos pregunten en qué grado y cantidad queremos serlo… No puedo tragarme, por intragable, que ningún gobierno democrático cierre quirófanos, servicios de urgencia o CAP por estar más a la derecha o a la izquierda. Búsquense otra escusa que no cuela.

Visto lo visto, si a alguien hay que reclamar es al repartidor de la ‘menjadora’ o sea; al gobierno socialista. Claro que en el imaginario popular interesado ha quedado fijado aquel chiste: ‘el hilo de cobre la inventaron un gallego y un catalán tirando de una peseta’. La contrapartida es que cuando se habla y se ponen tópicos a Catalunya entramos en el mismo saco algunos millones de andaluces, extremeños, gallegos, que ya somos parte de la tierra y que pagamos los impuestos aquí como el que más. No obstante es frecuente poder constatar que son precisamente estos últimos los que más arriman leña al fuego en lo referente a la presunta insolidaridad fiscal de los catalanes, arrimando la sardina, al ascua y haciendo el juego sucio a los escamoteadores reales.

Pedro Morón de la Fuente
Periodista

dijous, 9 de juny del 2011

Derecho a decidir (¿Cómo dice?)

Para los que se consideran demócratas de verdad, se da por entendido que todo aquello que suene a nazismo, imposición, guerras fraticidas, enfrentamientos violentos, dictaduras, tiros, bombas y un largo etcétera, ha de estar descartado de antemano en toda ideología que se precie.

Por el contrario el diálogo, la propuesta coherente, la toma de posturas a izquierda, derecha o centro, han de ser admitidos por todos como algo normal. Mucho más, por tanto, ha de ser lógico y elemental, el derecho a decidir, el de manifestarte independentista, nacionalista o unionista, español, andaluz o madrileño, servio o croata.

Pero hay muchos individuos en este país, que a pesar de llevar la palabra democracia dibujada en la frente para poder distinguirse, consideran que los derechos señalados en el segundo parágrafo están fuera de lugar. Su argumentación es simple: ‘España es una y no veintiuna.’ Y yo me pregunto ¿Cuándo procedieron a la unificación de las españas lo hicieron democráticamente? ¿Hubo algún referéndum al respecto? Bueno, parece ser que no, muy al contrario utilizaron los métodos del primer parágrafo.
Es evidente que aquellos que ponen en tela de juicio las nacionalidades históricas del Estado Español, no cuentan demasiado con los ciudadanos de las mismas. Los amos no han de consultar con los criados los asuntos de la propiedad…

Deducimos por lo dicho que el status quo no puede romperse de ninguna de las maneras en este país, y los que piensan diferente han de volver a las catacumbas o callar y conformarse porque, esos demócratas de pedigrí unionistas empedernidos gritan más, tienen el ejército y la razón suprema de su parte. “Antes roja que rota” gritaban los parlamentarios españoles del siglo XX a las primeras de cambio. O aquello de Azaña: “Está visto que Barcelona ha de ser bombardeada cada 50 años para que sepan quién manda”, ¡válgame Dios! Pues así estamos todavía..

-Pues mire usted, es que yo quiero ser catalán y no español…
-¿Cómo? Usted es español porque ha nacido en España… Y si me apura católico, apostólico y romano porque está bautizado ¿Si o no?
-Mire usted, pues si, pero…
-Usted lo que es un separatista de mierda, un desvergonzado y un insolidario. Seguro que ahora me saldrá también con lo del déficit fiscal…

Claro, y así empieza y acaba la cosa, porque los defensores de la indivisibilidad de la entelequia española no atienden a razones de ningún tipo, y entienden la disidencia como un crimen abominable que no ha de ponerse en tela de juicio. Es un dogma y la democracia está muy por debajo de eso.
Incluso los del 15-M de plaça Catalunya –sorprendentemente- se han tirado no sé cuántas semanas para incluir en su ideario “El derecho de autodeterminación de los pueblos” (o lo que es lo mismo el derecho a decidir), ya aprobado por la ONU hace muchas décadas. Se nota que les sonaba a ‘catalufo’ independentista y ESO NO, hasta ahí podíamos llegar…

Pedro Morón de la Fuente

Amnistia Internacional

Una entrevista sobre la Feria de Abril de Barcelona