dimarts, 21 de desembre del 2010

¿La izquierda progresista española?

Bajo el auspicio de la crisis que afecta al Estado Español y al mundo entero, el PSOE ha tirado a la basura la mayoría de avances sociales que se habían conseguido en los últimos decenios, ante la sonrisa cómplice y complacida de los líderes conservadores del PP, prestos a hacerse con el mando en breve, gracias a la desastrosa gestión del Sr. José Luís Rodríguez Zapatero y sus acólitos, todos muy listos y con envidiable don de palabra pero con poca efectividad y menos visión que un soldadito de plomo a la hora de administrar y gestionar adecuadamente el país.
Muchos dirigentes socialistas catalanes (y muchos más ‘españoles’ e incluso algún que otro independentista) me discutirían con palabras grandilocuentes el parágrafo anterior. No en vano se ha regado por todos los rincones de Catalunya que el gobierno Tripartito (PSC-ERC-IC) ha hecho mucho más en 7 años que la CIU de Jordi Pujol en 23. Nada más falso, inaceptable y alejado de la realidad. Es el chip que los capitanes y barones socialistas y comunistas arrepentidos han puesto en la cabeza de los ingenuos militantes de base de sus respectivas formaciones, y así les ha ido en la última contienda electoral catalana.
Tanto los socialistas catalanes como los del Estado han suprimido en cuantía superlativa muchos de los merecidos avances sociales de funcionarios, trabajadores en general, así como jubilados y pensionistas bajo la excusa y el paraguas de la «crisis». Recortes del 5% a los primeros, paro generalizado para los segundos y congelación de pensiones para los terceros. Por si fuera poco amenazan con incrementar la edad para la jubilación y otras lindezas por el estilo. Todo ello aparentemente encaminado a agradar con estas medidas al capital monopolista y por añadidura a la derecha españolista más recalcitrante. No sea que dejen de comprar deuda pública desde el exterior y se vayan al traste sus luminosos sueños de esplendor y grandeza neosocialista.
Hablando en plata: durante mucho tiempo estos gobiernos españoles de andar por casa (Felipe-Aznar-ZP) han ido «estirando más el brazo que la manga» hasta dejar lar arcas del Estado repletas de telarañas. Por otra parte ha habido unidad de acción en el apoyo indiscriminado a emprendedores inmobiliarios de dudosa catadura y especuladores de suelo público o privado, dando manga ancha a todos los ayuntamientos en lo referente a la utilización del suelo disponible y permitiendo construcciones a ‘go-go’ de todo tipo.
Y aquí precisamente, en este punto exacto, hemos de añadir obligatoriamente, la crisis mundial que ha afectado a todos los países y por supuesto también al nuestro, pero en la doble escala correspondiente tal y como analistas económicos cualificados han señalado reiteradamente.
El miedo se ha alojado en el corazón de los más desfavorecidos. Todo ello para provocar un «ahorro» aparente del Estado a costa de los más débiles, y digo ‘aparente’ porque, por otra parte, se gastan miles de millones en AVES, aeropuertos sin salida comercial, como el de Ciudad Real, y la casta privilegiada (presidentes, diputados, alcaldes, concejales y demás) sigue tirando de la manta y manteniendo unos notables privilegios (coches oficiales, gastos de representación, etcétera) propios de países mucho más avanzados que el nuestro. No me vale que un político que cobra más de 170.000 euros anuales se baje el sueldo 20.000 para acallar el clamor popular, por citar un ejemplo real que además va acompañado de una jubilación de banquero.
Y eso no es nada; mientras tanto miles de familias han sido desahuciadas por no poder pagar la hipoteca ante la impasibilidad de todos los gobernantes. Muchas de estas familias, o la gran mayoría, se han quedado sin casa y deben seguir pagando la hipoteca a causa de la espectacular caída de precios de las viviendas. Es solo el comienzo de una desbandada general que tiene visos de convertirse en un conflicto social largo y crispado de consecuencias imprevisibles.
Se ha paralizado la Ley de la Dependencia, se han comenzado a privatizar aeropuertos, torres de control e incluso parte de la Lotería Nacional. Es decir, precisamente aquellas empresas públicas que dan beneficios, siguiendo las políticas de anteriores gobiernos conservadores con las empresa energéticas.
No obstante se han tomado claras medidas para evitar el colapso financiero. Los bancos han pasado a ser los niños mimados del gobierno y las grandes empresas del país ocupan un primer plano en lo referente a proyectos de financiación proteccionista. La pequeña y mediana empresa ha sido abandonada a su suerte y todos somos testigos de que en nuestra propia calle se cierran gran parte de los pequeños comercios autóctonos mientras se abren muchos de otras naciones y continentes. De este último tema está prácticamente prohibido hablar o escribir porque te tildan de xenófobo y racista.
Pese a todo lo dicho estos partidos que nos han gobernado y gobiernan, siguen afirmando, sin que les de vergüenza alguna, ser «progresistas y de izquierdas». Para mí que han perdido el tren de la historia y siguen viviendo de glorias pasadas. Son los mismos partidos que en sus sedes locales siguen adoctrinando al militante de base con textos de Pablo Iglesias o recordando los días felices del extinto alcalde de Madrid Tierno Galván o hablan de tiempos remotos en los que los ciudadanos, amenazados por la dictadura, escuchábamos la «Pirenaica» y la voz profunda y pastosa de Santiago Carrillo.
Son los mismos partidos que ahora abogan por la ecología, el efecto invernadero y la implantación de aerogeneradores y placas fotovoltaicas (que está muy bien si no se quedara solo en eso). Es la izquierda progresista española, la más avanzada del mundo mundial pero incapaz de gobernar en la dirección que propugnan, pese a haber tenido el mando en las manos durante muchos años. Todo se reduce a humo, a palabras, proyectos sin acabar, ideas grandilocuentes…utopia.
Pedro Morón
President de Catalònia Acord

“El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los garbanzos, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostitución, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de empresas nacionales y multinacionales”.
Bertolt Brecht

(Publicado en Nas de Barraca -Agenda Catalònia Acord- del mes de diciembre)

Amnistia Internacional

Una entrevista sobre la Feria de Abril de Barcelona