Por si alguien todavía no está al tanto de la cuestión, comienzo afirmando que nunca he estado en contra de que se celebre la Feria de Abril de Catalunya.
Desde hace más de treinta años me he opuesto a que sea el negocio particular de unos cuantos (muy pocos), oposición en la que he coincidido con diversas asociaciones, muchos políticos y bastantes ciudadanos de a pie. Claro está que he (hemos) predicado en el desierto, nadie me (nos) ha hecho caso y algunos me consideran personalmente como un renegado execrable traidor (¿a quién?) en toda regla por pensar como pienso. Vamos a entrar en materia...
Por estas fechas, siempre aparece un personaje ciertamente curioso y esperpéntico, ya con el pelo blanco y la conciencia negra, cual pedigüeño “ramblero”, a la caza de la subvención cautiva para su feria de abril. Y digo su feria, porque la mayoría de entidades andaluzas adheridas a la Federación de Entidades Culturales Andaluzas de Catalunya (FECAC), que también son la minoría de este tipo de entidades, no participan en ella y ya reciben sus buenos cheques-subvención de los diversos departamentos, tanto de la Generalitat como de la Junta de Andalucía (también algunas diputaciones) y los ayuntamientos donde tienen sus sedes sociales.
Este curioso personaje parece tener patente de corzo; no se amohína, no se esconde, es incombustible. Aparece y desaparece coincidiendo con la Semana Santa y las proximidades de la Feria de Abril de cada año. La vergüenza la ha perdido hace tiempo (aunque tiene un almacén regulador lleno de ella) en beneficio de sus cuentas corrientes y sus numerosas sociedades (limitadas y anónimas). Ha sido denunciado en todos los estamentos e instituciones catalanas habidas y por haber, casi sin resultado alguno. Hasta las fiscalías lo obvian. Aunque ninguna institución seria da un duro a favor de su credibilidad ni le haría de testaferro. Los medios de comunicación (hasta los más cercanos al subsodicho) han denunciado sus finos tejemanejes y chanchullos de andar por casa. Pero él sigue y sigue cada año con sus “legítimas peticiones monetarias” creyéndose en el derecho incuestionable de que “el colectivo andaluz de Catalunya” (¡¡y ya van 50 años!!) que él dice representar (¿en qué elecciones?) merece un cheque impresionante cada año para celebrar la feria que, además, es la “más importante de Cataluña i der mundo mundiá” . Vamos, más que la mismísima Feria de Muestras de Barcelona o la Exposición Universal juntas.
Lo protegen los políticos/as que mandan en cada momento, en la creencia de que les da votos. Parece formar parte de un triunvirato que podría estar compuesto imaginariamente por: Felipe González, Alfonso Guerra y el menda de la FECAC.
Ahora se dedica a mandar cartas al President José Montilla, antes a Pujol, y si se presta se las mandará en el futuro a Saura, Mas, Sirera, Carod o Puigcercós. Le da igual. Sólo quiere “money” fresco de todos los departamentos que lo tienen. No le basta con tenerlo todo gratis, recinto ferial, cubiertos, vasitos para el fino, el jamoncito y los tacos de queso (todo reciclable), transportes, seguridad y aparcamientos. Quiere dinero, dinerito contante y sonante, que es lo que vale. No faltaba más, porque hay que pagar muuucho gasto...
El Nelson Mandela de los andaluces catalanes, dice tener más de un millón y medio de votos tras su feria, que es visitada por más de tres millones de almas flamencas. O sea, toda Barcelona y provincia y más. Pues que se presente a las elecciones autonómicas y deje de hacer negocio con la morriña, el flamenco desfasado, la incultura, los sucios caballos de cartón piedra, la fritanga y los jinetes deslucidos, por favor.
Pero hemos de reconocer y considerar seriamente a este personaje de feria. No es la mujer barbuda, ni el hombre cañón. Pero algo tiene el señor cuando lo nombran. Seguro, es de suponer (suponiendo lo que se supone que se ve por encima del pellejo) que tiene doscientas faltas de ortografía por folio, no sabe comer decentemente en una mesa bien puesta, carece de una cultura acorde con su posición social. Es más bien basto, romo, carente de una conversación ilustrada... pero amigos; es encantador de serpientes políticas y se ha creado un imperio económico personal que otros muchos personajes bien ilustrados desearían para sí. A cada cual lo suyo, sí señor. Por tanto no es culpable de ser quién es. La culpa la tenemos los demás o más bien, los que le han permitido llegar a la meta en la que está, en la que sigue y seguirá. Como comprenderán, después de tanto tiempo predicando ya no creo en el lobo de Caperucita, ni en el príncipe de Blancanieves.
El señor de la FECAC es totalmente inocente de cualquier cosa de la que se le acuse, sigue imperando, mandando, ordenando, siendo reelegido cada vez que se presenta. Por algo será y qué será será...
Por eso emplazo desde estas líneas a que el Presidente de la Generalitat de Catalunya, M. H. José Montilla siga inyectando fluido económico a este creador incuestionable de ferias y congresos donde los haya. Si no fuese así perderíamos un caudal inapreciable, un géiser indiscutible cuyo líquido elemento alimenta a las masas populares de Catalunya entera, ¡qué digo Catalunya! Els Països Catalans y más allá. No importa que la genuina Feria de Abril Sevillana no le cueste un euro al contribuyente y sea incluso rentable al ayuntamiento de la capital de Andalucía. El pescaito frito que se sirve aquí es mucho más "güeno" porque la playa está más cerca y llena de supuestos peces-voto...
M. H. Sr. José Montilla Aguilera, ha de darle siete millones de euros (como mínimo) a este sufrido “firaire” hacedor de milagros verbeneros, que sean a fondo perdido, y sin derecho a justificación. Lo más seguro es que su partido no sólo gane por mayoría absoluta en las próximas Generales del 9-M, también saldrá triunfante en todas las contiendas políticas hasta que se jubile. En la próxima revisión que hagan sobre El Estatut de Catalunya, han de introducir una enmienda en el sentido de que el Estado Español amoquine y cargue con el paquete de la Feria de Abril Catalana. Seguro que su conseller, Antoni Castells, sabrá hacerlo de maravilla. Así todos los disconformes andarán a la zaga tras J. L. R. Zapatero y tendrán una excusa perfecta.
La única pega es que tendrá que echar mano a los ahorros de presidencia (e incluso vicepresidencia) para satisfacer las demandas de todos los otros colectivos (según sus acólitos de la calle Nicaragua) que viven y trabajan en Catalunya, y no son pocos...
Desde hace más de treinta años me he opuesto a que sea el negocio particular de unos cuantos (muy pocos), oposición en la que he coincidido con diversas asociaciones, muchos políticos y bastantes ciudadanos de a pie. Claro está que he (hemos) predicado en el desierto, nadie me (nos) ha hecho caso y algunos me consideran personalmente como un renegado execrable traidor (¿a quién?) en toda regla por pensar como pienso. Vamos a entrar en materia...
Por estas fechas, siempre aparece un personaje ciertamente curioso y esperpéntico, ya con el pelo blanco y la conciencia negra, cual pedigüeño “ramblero”, a la caza de la subvención cautiva para su feria de abril. Y digo su feria, porque la mayoría de entidades andaluzas adheridas a la Federación de Entidades Culturales Andaluzas de Catalunya (FECAC), que también son la minoría de este tipo de entidades, no participan en ella y ya reciben sus buenos cheques-subvención de los diversos departamentos, tanto de la Generalitat como de la Junta de Andalucía (también algunas diputaciones) y los ayuntamientos donde tienen sus sedes sociales.
Este curioso personaje parece tener patente de corzo; no se amohína, no se esconde, es incombustible. Aparece y desaparece coincidiendo con la Semana Santa y las proximidades de la Feria de Abril de cada año. La vergüenza la ha perdido hace tiempo (aunque tiene un almacén regulador lleno de ella) en beneficio de sus cuentas corrientes y sus numerosas sociedades (limitadas y anónimas). Ha sido denunciado en todos los estamentos e instituciones catalanas habidas y por haber, casi sin resultado alguno. Hasta las fiscalías lo obvian. Aunque ninguna institución seria da un duro a favor de su credibilidad ni le haría de testaferro. Los medios de comunicación (hasta los más cercanos al subsodicho) han denunciado sus finos tejemanejes y chanchullos de andar por casa. Pero él sigue y sigue cada año con sus “legítimas peticiones monetarias” creyéndose en el derecho incuestionable de que “el colectivo andaluz de Catalunya” (¡¡y ya van 50 años!!) que él dice representar (¿en qué elecciones?) merece un cheque impresionante cada año para celebrar la feria que, además, es la “más importante de Cataluña i der mundo mundiá” . Vamos, más que la mismísima Feria de Muestras de Barcelona o la Exposición Universal juntas.
Lo protegen los políticos/as que mandan en cada momento, en la creencia de que les da votos. Parece formar parte de un triunvirato que podría estar compuesto imaginariamente por: Felipe González, Alfonso Guerra y el menda de la FECAC.
Ahora se dedica a mandar cartas al President José Montilla, antes a Pujol, y si se presta se las mandará en el futuro a Saura, Mas, Sirera, Carod o Puigcercós. Le da igual. Sólo quiere “money” fresco de todos los departamentos que lo tienen. No le basta con tenerlo todo gratis, recinto ferial, cubiertos, vasitos para el fino, el jamoncito y los tacos de queso (todo reciclable), transportes, seguridad y aparcamientos. Quiere dinero, dinerito contante y sonante, que es lo que vale. No faltaba más, porque hay que pagar muuucho gasto...
El Nelson Mandela de los andaluces catalanes, dice tener más de un millón y medio de votos tras su feria, que es visitada por más de tres millones de almas flamencas. O sea, toda Barcelona y provincia y más. Pues que se presente a las elecciones autonómicas y deje de hacer negocio con la morriña, el flamenco desfasado, la incultura, los sucios caballos de cartón piedra, la fritanga y los jinetes deslucidos, por favor.
Pero hemos de reconocer y considerar seriamente a este personaje de feria. No es la mujer barbuda, ni el hombre cañón. Pero algo tiene el señor cuando lo nombran. Seguro, es de suponer (suponiendo lo que se supone que se ve por encima del pellejo) que tiene doscientas faltas de ortografía por folio, no sabe comer decentemente en una mesa bien puesta, carece de una cultura acorde con su posición social. Es más bien basto, romo, carente de una conversación ilustrada... pero amigos; es encantador de serpientes políticas y se ha creado un imperio económico personal que otros muchos personajes bien ilustrados desearían para sí. A cada cual lo suyo, sí señor. Por tanto no es culpable de ser quién es. La culpa la tenemos los demás o más bien, los que le han permitido llegar a la meta en la que está, en la que sigue y seguirá. Como comprenderán, después de tanto tiempo predicando ya no creo en el lobo de Caperucita, ni en el príncipe de Blancanieves.
El señor de la FECAC es totalmente inocente de cualquier cosa de la que se le acuse, sigue imperando, mandando, ordenando, siendo reelegido cada vez que se presenta. Por algo será y qué será será...
Por eso emplazo desde estas líneas a que el Presidente de la Generalitat de Catalunya, M. H. José Montilla siga inyectando fluido económico a este creador incuestionable de ferias y congresos donde los haya. Si no fuese así perderíamos un caudal inapreciable, un géiser indiscutible cuyo líquido elemento alimenta a las masas populares de Catalunya entera, ¡qué digo Catalunya! Els Països Catalans y más allá. No importa que la genuina Feria de Abril Sevillana no le cueste un euro al contribuyente y sea incluso rentable al ayuntamiento de la capital de Andalucía. El pescaito frito que se sirve aquí es mucho más "güeno" porque la playa está más cerca y llena de supuestos peces-voto...
M. H. Sr. José Montilla Aguilera, ha de darle siete millones de euros (como mínimo) a este sufrido “firaire” hacedor de milagros verbeneros, que sean a fondo perdido, y sin derecho a justificación. Lo más seguro es que su partido no sólo gane por mayoría absoluta en las próximas Generales del 9-M, también saldrá triunfante en todas las contiendas políticas hasta que se jubile. En la próxima revisión que hagan sobre El Estatut de Catalunya, han de introducir una enmienda en el sentido de que el Estado Español amoquine y cargue con el paquete de la Feria de Abril Catalana. Seguro que su conseller, Antoni Castells, sabrá hacerlo de maravilla. Así todos los disconformes andarán a la zaga tras J. L. R. Zapatero y tendrán una excusa perfecta.
La única pega es que tendrá que echar mano a los ahorros de presidencia (e incluso vicepresidencia) para satisfacer las demandas de todos los otros colectivos (según sus acólitos de la calle Nicaragua) que viven y trabajan en Catalunya, y no son pocos...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada