El «casposo» y cavernícola expresidente de la Junta de Extremadura, José Luis Rodríguez Ibarra, tiene por costumbre desde que en el Estado Español existe la democracia, salir de su cueva para reprobar cualquier intento de quitarle el «momio» a su comunidad, en lo referente al reparto de dinero que anualmente hace el gobierno central de Madrid.
El pasado viernes, día 16 de mayo, batió su propio record individual de estupidez supina al manifestar públicamente, más o menos: ‘estoy cansado de los «casposos» esos que hablan de las balanzas fiscales y nos tratan de pobres. Con lo bien que vivimos nosotros’.
Claro que viven bien. Y tan bien, con el dinero de otros ciudadanos que trabajan más, viven más estresados, aportan más a las arcas del Estado y obtienen muchos menos servicios y muchas menos inversiones.
El tal Rodríguez Ibarra, con lo bien que vive, no ha parado de mendigar para su comunidad cualquier tipo de dinero procedente de la subvención, ya sea Europea, Española o Catalana. Por eso no es de extrañar que tras 24 años de presidente de su comunidad, cualquier día de estos estire la pata y se descubra que, a pesar de su supuesta aureola de mendigante, tenga una fortuna guardada bajo el colchón, como en esos casos que de vez en cuando comentan los diarios.
Lo curioso del caso es que 24 años seguidos de recibir dinero a espuertas no han servido ni para que su comunidad autónoma saque cabeza y empiece a cotizar en vez de pedir de continuo. Por eso sigue criticando a los «insolidarios catalanes» y no duda en afirmar que los extremeños que durante los años 50, 60 y 70 se vieron obligados a salir de su ‘región’ por el hambre que pasaban (que era la misma que la del resto de toda España) son los autores de la bonanza económica catalana.
Precisamente los extremeños que viven y trabajan en Catalunya son los que viven mejor y los que han aprendido a ganarse la vida con el sudor de su frente, y no como otros que se arreglan palacios, carreteras, colegios y planes de empleo con el dinero de los demás.
El pasado viernes, día 16 de mayo, batió su propio record individual de estupidez supina al manifestar públicamente, más o menos: ‘estoy cansado de los «casposos» esos que hablan de las balanzas fiscales y nos tratan de pobres. Con lo bien que vivimos nosotros’.
Claro que viven bien. Y tan bien, con el dinero de otros ciudadanos que trabajan más, viven más estresados, aportan más a las arcas del Estado y obtienen muchos menos servicios y muchas menos inversiones.
El tal Rodríguez Ibarra, con lo bien que vive, no ha parado de mendigar para su comunidad cualquier tipo de dinero procedente de la subvención, ya sea Europea, Española o Catalana. Por eso no es de extrañar que tras 24 años de presidente de su comunidad, cualquier día de estos estire la pata y se descubra que, a pesar de su supuesta aureola de mendigante, tenga una fortuna guardada bajo el colchón, como en esos casos que de vez en cuando comentan los diarios.
Lo curioso del caso es que 24 años seguidos de recibir dinero a espuertas no han servido ni para que su comunidad autónoma saque cabeza y empiece a cotizar en vez de pedir de continuo. Por eso sigue criticando a los «insolidarios catalanes» y no duda en afirmar que los extremeños que durante los años 50, 60 y 70 se vieron obligados a salir de su ‘región’ por el hambre que pasaban (que era la misma que la del resto de toda España) son los autores de la bonanza económica catalana.
Precisamente los extremeños que viven y trabajan en Catalunya son los que viven mejor y los que han aprendido a ganarse la vida con el sudor de su frente, y no como otros que se arreglan palacios, carreteras, colegios y planes de empleo con el dinero de los demás.
Autor: l'Observatore Santboiano
Publicat a Nas de Barraca maig 2008
1 comentari:
Rodriguez Ibarra és un impresentable en tots els aspectes. L'Espanya de los Botejara dorm des de fa anys en el bagul dels recors.
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